Una de las grandes preocupaciones de cualquier futuro comprador es cuánto va a pagar finalmente por la compra de una vivienda. Y es que, además de la hipoteca, hay una serie de impuestos directos e indirectos, estatales y locales, a los que hay que hacer frente cuando quieres ser propietario de algún inmueble.
Los impuestos directos son los que gravan la plusvalía o beneficio que obtiene el vendedor al realizar la transmisión. Se producen siempre en seno del transmitente: si es persona física estará gravado por IRPF y si es persona jurídica por el Impuesto de Sociedades.
Los impuestos indirectos son los que gravan la adquisición del inmueble y recaen sobre el comprador.
Por otro lado, encontramos impuestos estatales:
- El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) que varía según el tipo de la vivienda y según la comunidad autónoma y que solo afecta a las viviendas nuevas.
- El Impuesto sobre las Transmisiones Patrimoniales que es el impuesto que se abona en el caso de las viviendas de segunda mano y cuyo importe depende de la Comunidad Autónoma en la que se encuentre la vivienda.
- El Impuesto sobre la Renta (IRPF) donde la ganancia que obtiene el vendedor se tiene que declarar en este IRPF del año que corresponda.
Y también impuestos locales:
- El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) que es un impuesto municipal anual y grava la propiedad de una finca.
- El Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, conocido como plusvalía y que grava el aumento del valor de los terrenos.
- El Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras que es un impuesto de carácter potestativo, cuyo hecho imponible es la realización, dentro del término municipal, de cualquier construcción, instalación u obra, para la cual se exija obtener licencia de obras o urbanística.
Si te estás planteando la compraventa de alguna propiedad, puedes consultar a nuestros profesionales en la Inmobiliaria SLM, te asesorarán y te resolverán todas las dudas que te puedan surgir con respecto a estas y otras cuestiones.Â