Seguro que sabes que, cuando alquilas una vivienda, debes adelantar el equivalente a una mensualidad en concepto de fianza. Con este dinero a cuenta el propietario se asegura de que cumplirás con los pagos establecidos, así como con el acuerdo entre las partes.
Esa es la teoría general, pero seguro que supones que hay muchos matices. Vamos a ver todos esos detalles.
Cuánto tiempo tiene el propietario para devolverte la fianza
Una vez llega la fecha del cese del alquiler que previamente has pactado con tu arrendador, no todo es inmediato. Tendrás que devolver las llaves ese mismo día y el propietario podrá hacer una revisión de la vivienda.
Pero la devolución de la fianza puede demorarse hasta 30 días tras la fecha de cese del contrato. Durante este margen se evaluarán los posibles daños o disconformidades en el inmueble.
Una recomendación, para evitar problemas, es tomar fotografías del antes y el después, con ambas partes presentes. Incluso adjuntar esas imágenes al contrato con la conformidad de los interesados.
La fianza no la guarda el propietario
Esto es así siempre que se hagan las cosas bien. Es decir, cuando el contrato de alquiler se formaliza, el propietario debe depositar la fianza en la Administración General del Estado que corresponda.
Y, aunque legalmente se recoge la obligación de solicitar un mínimo de un mes, un propietario podría pedir dos meses o más de fianza. No obstante, es algo que se puede negociar entre las partes.
No es legal destinar la fianza a cubrir el último mes
Es habitual pensar que, como debes avisar con un mes de margen en la mayoría de los casos, puedes evitar pagar el último mes de alquiler. Y así el propietario lo cubriría con la fianza, pero esto es un error.
Como inquilino estás obligado a pagar todas las mensualidades del alquiler mientras el contrato siga en vigor. Y así, con la fianza, el dueño podría solicitar presupuestos para subsanar los daños ocasionados, en el caso de que los hubiera.
El propietario puede quedarse tu fianza
Es cierto que hay situaciones en las que tu arrendador podría quedarse con la fianza íntegra. Por ejemplo:
- Cuando tienes alguna deuda pendiente con él o has dejado de pagar alguna mensualidad.
- Cuando hay daños en su propiedad, ya sea en la vivienda, en los muebles o en los electrodomésticos. Esto siempre que los daños no puedan deberse a un deterioro por el uso normal.
- Cuando devuelvas la vivienda sucia.
No obstante, ya sea por reparaciones o para limpiar el inmueble, si el propietario se queda la fianza, debe entregarte un presupuesto que la justifique y devolverte el dinero que sobre.
Otra opción es que haya recibos de suministros por satisfacer, como los de agua por ser bimestruales o trimestrales, los de luz o cualquier otro pendiente.
En ese caso, el propietario podría destinar la fianza a liquidar dichos recibos y devolverte el resto. Siempre aportando el resguardo que justifique esos pagos.
Cómo puedes reclamar una fianza
Podría darse el caso de que tu arrendador quisiera quedarse la fianza de forma injustificada. Incluso en algunos casos con mala fe se podría inventar desperfectos que no existen.
Si eso te pasa a ti debes hacer varias cosas. Primero, reclamarle la fianza por la vía amistosa y si eso no funciona, puedes enviarle un burofax con la reclamación. De esta forma tendrías certeza de que recibe la comunicación. También puedes recurrir a acciones legales, como un juicio ordinario o monitorio, pero esta parte es más compleja.
Para evitarte estos problemas, es mejor que cultives una buena relación con tu arrendador; cumple con los pagos, avisa con tiempo suficiente y recuerda devolver la vivienda limpia y ordenada, tal y como la recibiste.
Por otro lado, asegúrate de que los dueños son personas de confianza o consulta con tu asesor inmobiliario para asegurarte. Y piensa que existen opciones para proteger a las partes desde el inicio.
Si te queda cualquier duda más o estás pensando en alquilar una vivienda, pásate por INMOSLM Pamplona y cuéntanos lo que buscas. Te ayudaremos con todos los trámites del alquiler y encontraremos para ti el piso que más se ajuste a tus necesidades.